La verdad estaba un poco harto ya de pajilleros y es que cuando me salen con "que le harías a mi mujer", me empiezan a entrar ganas de decirle: "- A tu mujer no sé, a ti darte dos hostias bien dadas".
Yo que sé que le haría a su mujer, para empezar follarmela, que para eso estamos aquí. y es que aún hay gente que no se da cuenta que el disfrute de una mujer (y de un hombre) depende de cómo sea esa mujer, su estado, su físico, sus ganas, su sensibilidad, etc., que no todo es llegar y meterla ni imaginar las mil y una escenitas y posturitas, para eso está el cine porno… Pero bueno, da igual, que se sigan pajeando…, al final ninguno de ellos va a ver a su mujer con otro tal y como anhelan, porque si preguntan eso, no creo que sean capaces de hacer de sus mujeres eso que tanto desean ni en sus mejores sueños y de ahí la preguntita, eso suponiendo que cuenten con una mujer, claro.
Pues este post solo es para contar mi primera experiencia con un apareja de cornudo y esposa. Si, fue hace unos días, es una pareja encantadora, estuvimos tomando un vino y charlando de cualquier cosa salvo de lo que íbamos a hacer en breves momentos, como ellos tienen familia no pudimos ir a su casa y al final fuimos a unos apartamentos por horas que hay por la zona de Chamartín. Entramos y el saco una botella de vino que abrió y sirvió, después de los brindis oportunos, el cogió a su esposa y se la llevo a la habitación del apartamento pidiéndome que les esperara, tras unos minutos apareció con su esposa de la mano, totalmente desnuda salvo por los zapatos de tacón que llevaba puestos, me cogió la mano, cogió la de su esposa y me dijo que me la entregaba. La verdad es que me sorprendió el gesto…
Bien, yo le pedí a su mujer que diera unos pasos atrás para contemplarla, era muy guapa y le sobraban algunos kilos, por sus pechos habían pasado un par de pequeñas bocas así que tenía unos pechos grandes aunque no excesivos y un poco caídos, perfectamente cuidados para la edad y "tute" que habían tenido. En general era una mujer muy deseable, con un bonito cuerpo que aunque había tenido mejores épocas, seguía conservando todo el morbo de unos años antes, mas unos quilos perfectamente repartidos.
Decidí que en el primer encuentro usaría preservativo, no sé muy bien lo que ellos pensarían al respecto ya que lo impuse yo, en cualquier caso, tanto por su parte como por la mía teníamos la intención de un primer contacto, así que estime que lo mejor era usar condón, ya me lo quitare cuando esto tome velocidad de crucero, si es que la toma….
Bien, teniendo en cuenta que ellos tenían un toque sumiso, le pedí a ella que me fuera desnudando y a el que se desnudara y que luego fuera doblando la ropa como buen sirviente, mientras yo contemplaba la escena y me excitaba poco a poco. Primero me quito la camisa, desabrochándola poco a poco… cuando acabo y tras entregársela a su esposo, se iba a arrodillar aunque yo la detuve y pasee mis manos por su cuerpo, con ella de pie acaricie sus caderas, su culo, sus pechos y su sexo que estaba ya muy húmedo, tras lo cual acerque su boca a la mía y le di un beso profundo y lento que me excito bastante más de lo esperado… Luego la indique que prosiguiera, ella se arrodillo y me desabrocho el cinturón y los botones del pantalón cuidadosamente al ver el estado de excitación en el que me encontraba, me bajo los pantalones y apareció un bulto empujando el calzoncillo, ella permaneció inmóvil en ese punto y mirando el bulto sin atreverse a mirar mis ojos, aquí la verdad es que tuve un momento de duda porque a mí me apetecía sacar mi "arma" y meterla en esa boca, me contuve y la pregunta que a que esperaba, ella se quedo dubitativa, no sabía si "atacar" o continuar desnudándome; la verdad es que esa era una de mis "pruebas" de "sumisión", quería ver si seguía mis instrucciones o hacia aquello que ella deseaba y que sabía que yo también deseaba. Su marido a estas alturas estaba ya excitadísimo tal y como comprobé mirándolo de reojo.
Bien, ella siguió cumpliendo mis instrucciones y yo le dedique una sonrisa de aprobación que ella entendió perfectamente. El caso es que ella siguió quitándome los zapaos, los calcetines después los pantalones que ya tenía por los tobillos y llego el momento de quitarme lo último que quedaba que era el calzoncillo.
Mientras todo esto sucedía, su marido, como buen sirviente había estado doblando perfectamente mi ropa y depositándola en una silla del apartamento, excitadísimo ante las escenas que estaba viendo.
Ella debía medir en torno a 172cm mas o menos que junto a unos generosos tacones la subían hasta el 1'80 aproximadamente, una altura perfecta para mis 185cm. Así que le pedí que pusiera sus manos en la pared y se abriera de piernas un poco, para comprobar cómo quedaba de altura para atacarla desde atrás. Me acerque y la acaricia los pechos, las caderas y pasee mi pene por la entrada de su sexo que estaba mojadísimo, así que en una de esas no me contuve, y se la metí hasta el fondo, sintiendo toda la humedad y calor de su sexo, ella solo suspiro, no dijo nada aunque habíamos hablado ya lo del condón. Así, con mi pene dentro estuve unos segundos, apreciando la suavidad de su interior, con pequeños movimientos que le provocaban pequeños jadeos… Luego la saque y la ordené que me hiciera una buena mamada de rodillas, mientras le indicaba a su marido que fuera a servir más vino.
Ella se introdujo mi polla en la boca, primero solo el capullo para ir poco a poco tragando más, hasta que solo quedaron fuera unos 3 cm. La verdad es que mamando no era muy buena, bueno, no lo hacía a mi gusto enteramente, así que la di algunas instrucciones que ella aplico inmediatamente haciendo que mejorara bastante. Entre tanto el marido había vuelto con las copas y estaba de pie mirándonos con una copa en cada mano y esperando instrucciones, le dije que dejara las copas en la mesilla y se sentará en la cama, todo ello aderezado de elogios tales como cornudo, cabrón, maricón, etc.
Una vez el estaba ya sentado y mirando, cogí a su mujer por la cabeza e introduje los 3 cm. Que quedaban fuera mirándole a los ojos mientras ella los aceptaba sin proferir ni un solo sonido, comencé a follarle la boca despacio mirando a su marido y volviendo a humillarle con insultos a cerca de su poca hombría y el tamaño de su pene.
La verdad es que estaba tan excitado que no tarde en eyacular, así que cuando sentí que me corría solté la cabeza y me retire un poco, a lo que ella reacciono volviendo a meterse la polla todo lo que pudo, la consecuencia es que me corrí entre sus arcadas, y la mirada de asombro de él….
Una vez había tragado todo mi semen le dije a él que la besara para que apreciará el sabor de su nuevo corneador y amo de su esposa. Él lo hizo sin dudar, se levanto y le dio un beso a su mujer.
Yo la verdad es que me había quedado extasiado y necesitaba recuperarme un poco así que tras unos minutos de descanso donde saboree el delicioso vino que había traído el cornudo, le indique que le lamiera a su esposa el sexo, porque una zorra como su mujer merecía también correrse después de una mamada así. El se aplico y no tardo ni 5 minutos en correrse ella, que quedo tumbada y con los ojos cerrados.
Le indique al cornudo que se pajeara, pero sin llegar a correrse hasta que yo le dijera cuando y donde. El comenzó a masturbarse, notaba que le costaba no eyacular, así que le indique que fuera al baño, invite a su mujer también y nos dirigimos los dos al baño. Le ordené que eyaculara en el inodoro, cosa que hizo casi al instante. Una vez terminó indique a su mujer que se sentara y orinara sobre ese semen…, luego yo hice lo mismo… y salimos todos del baño.
Ya en la habitación le dije al cornudo que esa iba a ser el destino de su semen a partir de ese momento, cuando se le permitiera tener una eyaculación.
Le volví a ordenar que me calentara a su mujer y que la comiera también el ano. El, sin rechistar, se puso a la labor; ella se puso a 4 patas sobre la cama y el comenzó a aplicar la orden mientras yo los miraba…
Me levante, me puse frente a ella y le metí mi polla en su boca sin avisar..., hasta el fondo, sin miramientos, ella lo acepto de buen grado y comenzó nuevamente a excitar mi polla flácida, y es que es una de las sensaciones mas fantásticas ver como con un adecuado tratamiento aquello comienza a crecer…, en muy poco tiempo volví a estar en disposición de taladrarla, la verdad es que había asumido muy bien mis instrucciones así que no le costó demasiado.
Una vez preparado le ordene a su marido que se tumbara debajo de ella de forma que le quedara el sexo de su mujer a la altura de su lengua mientras tenía una completa visual de lo que le iba a hacer a ella. Yo me puse tras ella y tras un pequeño empujón conseguí comenzar a introducir mi polla en su culo…, poco a poco entro entera y pude comenzar con el movimiento. La verdad es que el cornudo lo había dejado perfectamente lubricado, así que no hizo falta nada más, tras unos minutos así, volví a pedirle que me la limpiara con la lengua antes de metérsela en su coño de un golpe , mientras su marido seguía lamiéndole el clítoris … Así estuvimos unos minutos, hasta que decidí correrme y sacarla, ordenando a su marido que se quedara allí para que recibiera el semen que se escapaba del sexo de su mujer.
En fin, me he vuelto a excitar solo de recordarlo mientras lo estoy escribiendo, no tardare en volver a llamarlos para repetir, aunque la siguiente vez seguramente será un poco más ¿duro?.
Quién sabe, quizá sean esa pareja que estoy buscando, habrá que darle algo más de tiempo.